Entrevista: Jonás Ramírez Molina - Tres Tristes Tigres Lloraban...
- sololibrofilos
- 9 abr
- 10 Min. de lectura
En Librófilos tuvimos el placer de volver a entrevistar a Jonás Ramírez Molina, un autor que ya forma parte de nuestra comunidad lectora y a quien seguimos con admiración desde sus inicios. Esta es la segunda obra suya que leemos y reseñamos con entusiasmo, tras la grata experiencia que nos dejó Siete Islas.
Hoy nos sumergimos en Tres Tristes Tigres Lloraban…, su más reciente novela, una historia potente y perturbadora, que confirma su madurez narrativa y su capacidad para explorar los rincones más oscuros —y humanos— del alma. En esta conversación, Jonás nos comparte los orígenes de la historia, sus desafíos creativos, y las emociones que lo acompañaron durante el proceso de escritura.
Una entrevista que no solo permite entender mejor la novela, sino también asomarse al universo personal y literario de un autor en plena consolidación. ¡Bienvenido de nuevo, Jonás!
Bienvenido nuevamente, Jonás Ramírez Molina. Es un verdadero placer recibirte una vez más en Librófilos para conversar sobre tu más reciente novela, «Tres Tristes Tigres Lloraban...». Tras la buena acogida que tuvo tu primera obra, «Siete Islas», estamos encantados de profundizar en los detalles y matices de esta nueva historia, que ha cautivado a nuestros lectores con su intensidad, misterio y complejidad emocional.
1. ¿Cómo nació la idea principal de «Tres Tristes Tigres Lloraban...» y qué te llevó a explorar esta temática tan oscura y profunda?
La idea de «Tres Tristes Tigres Lloraban…» ya rondaba mi cabeza hace bastante tiempo. En parte, surge como consecuencia de un suceso que impactó mucho a la sociedad española de principios de los años 90, y en el que la novela está directamente inspirada. Fue un suceso muy mediático y traumático que, en mi opinión, supuso la pérdida de la inocencia de toda una generación.
Cuando me encontraba en plena escritura de mi primera novela, «Siete Islas», desarrollé una escena en la que el antagonista de la historia menciona un oscuro secreto de Estado llamado «Tres Tristes Tigres». Son unas páginas muy emocionantes, en uno de los puntos álgidos de la narrativa. Cuanto más lo releía, más me gustaba, y no tardé en darme cuenta de que podría ser el enlace perfecto —y punto de partida—, para una nueva novela. Una historia de trama completamente independiente, pero ambientada en el mismo universo imaginario que «Siete Islas».
2. ¿Qué diferencias destacas entre tu proceso creativo para «Tres Tristes Tigres Lloraban...» en comparación con el de «Siete Islas»?
Aunque ambos libros han sido el fruto de un proceso creativo similar, es cierto que cuando trabajaba en «Siete Islas», al ser yo un escritor novel, todo resultaba nuevo para mí, y cada paso, cada decisión, tenía cierta similitud con un salto al vacío. Con «Tres Tristes Tigres Lloraban…», al contar con la experiencia de haber publicado un libro anteriormente, todo fluyó de una manera más natural.
Para escribir, el proceso fue a grandes rasgos el mismo: primero es necesario tener muy claro lo que quieres explicar, para después desarrollar toda la trama a partir de esa idea inicial. Planifiqué con detalle la estructura de la novela, los personajes principales y secundarios, sus motivaciones, relaciones, e inquietudes, así como la mayoría de los capítulos, y escenas que se desarrollaban en cada uno de ellos.
Con todo, en ambos libros me encontré con que, a medida que escribía, ciertos aspectos que a priori me parecían claros y cristalinos, acababan divergiendo de la idea original, y surgían nuevas tramas, nuevos personajes, y nuevas situaciones. Como si la historia, en su tránsito desde mi imaginación hasta quedar plasmada en palabras sobre el papel, cobrara vida propia, y decidiera seguir un rumbo diferente del que yo había planificado.
Una vez terminado el manuscrito, la publicación de «Tres Tristes Tigres Lloraban…» resultó mucho más fácil que la de «Siete Islas», porque ya contaba con la experiencia previa de publicar con Aliar Ediciones. Mi relación con la editorial siempre ha sido muy positiva, por lo que llegamos rápidamente a un acuerdo y el proceso de corrección y maquetación fue bastante más corto que el del primer libro.
“Lo importante es estar convencido de lo que haces, y, sobre todo, disfrutar haciéndolo. Los libros son un legado que nos sobrevivirá, y me gusta pensar que mucha gente seguirá leyendo mis libros cuando yo ya no esté.” —Jonás Ramírez Molina
3. La novela contiene escenas emocionalmente intensas y perturbadoras. ¿Hubo alguna escena que te resultó particularmente desafiante escribir por la carga emocional que implicaba?
Sin duda. Hay un capítulo clave, en el primer tercio de la novela, que resultó bastante difícil de escribir, e incluso me provocó un «bloqueo escritor» una vez finalizado. Dicho capítulo me dejó exhausto emocionalmente y tuve que tomarme un descanso de varias semanas antes de retomar la historia. Son unas páginas muy crudas y gráficas en las que, además, me preocupaba mucho poder encontrar el equilibrio adecuado entre ser lo suficientemente explícito como para dar intensidad emocional y credibilidad a la historia, y al mismo tiempo evitar caer en el mal gusto o los excesos.
Es también un capítulo clave, en el sentido de que toda la obra surge y evoluciona desde allí, aunque cronológicamente esté situado en mitad de la narración. Me pasó algo similar con «Siete Islas», ya que, en su caso, también toda la obra nace a partir de uno de sus capítulos finales. Aunque eso es algo de lo que el lector de cualquiera de los dos libros no es consciente hasta que ha girado la última página y puede ver toda la historia en perspectiva.
4. La presencia de sectas y rituales ocultos es clave en tu nueva obra. ¿Cómo abordaste la investigación para darle credibilidad a estos elementos tan delicados y perturbadores?
Como ya he explicado en respuesta a una pregunta anterior, los primeros capítulos están directamente inspirados en un triste suceso ocurrido en el Levante español en la década de los 90 del siglo pasado (lugar en el que también está ambientado el inicio de «Tres Tristes Tigres Lloraban…»). Ojalá pudiera decir que para escribir esos capítulos tuve que estrujarme el cerebro y hacer un arduo trabajo de investigación. Pero, por desgracia, al estar basados en hechos reales, la historia fluye de manera casi natural. Claro que, también, hay un ejercicio de imaginación e inventiva, además de las evidentes pinceladas sobrenaturales y fantásticas que acompañan la historia.
Para la segunda mitad del libro, que está ambientada en tiempo y lugares diferentes de la primera, hay muchas partes y escenas que están basadas en experiencias personales propias, lo que le añade una capa extra de realidad y credibilidad a la historia. Evidentemente, también hay partes que son pura invención, pero dejaré al lector que descubra por sí mismo cuáles son.
Eso sí, como digo en una cita al inicio del libro, «la realidad siempre acaba superando a la ficción».
5. ¿Qué mensaje o reflexión esperas que los lectores extraigan después de leer «Tres Tristes Tigres Lloraban...»? ¿Cuál consideras que será el aspecto más impactante o revelador para ellos?
Aunque por motivos obvios no voy a explicar el final del libro, me gustaría que los lectores girasen la última página con un sentimiento de esperanza. Si bien es cierto que hay mucha oscuridad en el mundo, así como muchos elementos que nos pueden generar ansiedad, temor o tristeza, no es menos cierto que por doquier también hay luz, resiliencia, e historias increíbles de coraje y superación.
No son pocos los lectores que, al terminar de leer «Tres Tristes Tigres Lloraban…», me han contactado para expresar que esperaban un desenlace diferente para algunos de los protagonistas (no diré cuáles aquí, ni tampoco qué final). Cada persona hace su propia interpretación; algunos pensarán que el libro acaba mal, o que tiene un final agridulce. Otros pensarán que acaba bien, con un mensaje esperanzador (yo me incluyo en este último grupo).
Personalmente, creo que no existen términos absolutos de «bien» o «mal», ya que todo está sujeto a matices, y al final lo que importa no es si nos tocan cartas buenas o malas en la peculiar partida de la vida. Más bien, es nuestra responsabilidad jugar la mejor partida posible más allá de las cartas que nos han tocado, dar siempre lo mejor de nosotros mismos, y no caer nunca en la desazón o el desespero.
6. ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste durante la creación y desarrollo de esta novela en particular?
Hubo un tema que me preocupaba bastante cuando empecé a desarrollar la historia, y es que en «Tres Tristes Tigres Lloraban…» aparecen varios personajes femeninos que cuentan con un papel muy importante, y desde mi perspectiva masculina, quería asegurarme de que dichos personajes estuvieran bien construidos y fueran creíbles en sus fortalezas, sus debilidades, e inquietudes.
Por ese motivo, puse gran cuidado en seleccionar lectoras cero que pudieran trasladarme lo que sentían al leer, y decirme si los personajes femeninos les parecían creíbles, o si se identificaban con sus motivaciones y su manera de proceder. Capítulo a capítulo, les preguntaba acerca de Beatriz y Estíbaliz, las dos adolescentes protagonistas, o Marija, una mujer que juega un papel muy importante en la segunda mitad de la novela.
7. ¿Sentiste presión o expectativas más altas tras la buena acogida de tu primera novela? ¿Cómo manejaste esa presión al escribir «Tres Tristes Tigres Lloraban...»?
No recuerdo haber sentido una excesiva presión, ni con «Tres Tristes Tigres Lloraban…» ni tampoco con «Siete Islas». Al contrario, disfruté mucho creando ambos libros. En mi carrera como autor, creo que he sido muy afortunado de poder dejar la presión aparte. Escribo para contar las historias que imagino, y ofrecer mi peculiar visión del mundo.
Yo suelo decir que cada libro tiene su momento y su lugar, y no es posible gustar a todo el mundo. Me he encontrado con lectores a los que les ha gustado más mi primer libro, y lectores a los que les ha gustado más el segundo.
Es cierto que, en un primer momento, pensé que quizás se me criticaría por ser las dos novelas demasiado similares (ambas son de misterio con toques sobrenaturales), pero mi sorpresa fue que, unánimemente, todos los lectores me dicen que son muy diferentes entre sí, como la noche y el día.
«Siete Islas» es una novela muy introspectiva, descriptiva, y centrada en el viaje de descubrimiento interior de Mario, su protagonista; empieza de manera muy reposada y tranquila, y es hacia la mitad del libro que la trama se acelera cada vez más hasta llegar al clímax final. En oposición, quise darle a «Tres Tristes Tigres Lloraban…» un toque mucho más dinámico ya desde su primera página. En ese sentido, creo que es una lectura mucho más ágil y rápida, explosiva, y centrada en diferentes personajes, principalmente Beatriz en su primera mitad, y Roberto en la segunda.
8. En tu novela presentas personajes complejos y situaciones límite. ¿De dónde sacaste inspiración para construir estas personalidades y los dilemas morales que enfrentan?
Diría que dichas personalidades y dilemas morales han estado siempre en mi interior, y lo único que he hecho ha sido sacarlos fuera y darles una forma tangible. Me considero una persona muy curiosa, y me gusta colocar a esos personajes imaginarios en situaciones límite o extraordinarias para ver cómo se comportan, y cómo intentan lograr sus metas.
A veces, me siento delante del teclado pensando que mis historias se van a desarrollar de cierta manera, y yo soy el primer sorprendido al comprobar, minutos después, que han desafiado mi idea inicial para tomar su propio rumbo. Como si yo no fuera más que un vehículo a través del cual los protagonistas de mis novelas pueden viajar hasta nuestro mundo y cobrar vida en las páginas de un libro, aunque siempre hayan existido de alguna manera incomprensible en su propio mundo antes de llegar aquí.
9. Tras concluir esta novela, ¿qué has aprendido o qué nuevas perspectivas has adquirido sobre tu propia escritura y sobre la literatura en general?
El mundo de la escritura, y por extensión cualquier otra actividad creadora o artística, es muy complejo. Cuando un escritor escribe, creo que es fundamental que lo haga porque disfruta y le gusta lo que hace, y no por obligación o por querer contentar a un público o personas específicas.

Existen muchos, muchísimos escritores desconocidos, y se publican muchos, muchísimos libros al año. No existe tiempo material en cien vidas humanas para leer todos los libros que quisiéramos. Y, como he dicho antes, no existen libros buenos o malos, sino un libro para cada momento y lugar. Yo puedo toparme hoy con un libro que no me atraiga, pero quizás retome su lectura dentro de 10 años y me parezca una auténtica maravilla, o me ofrezca una lección de vida valiosísima que ahora soy incapaz de ver. Del mismo modo, un libro que leí hace años y me entretuvo durante varios días, podría no soportar una relectura en la actualidad. Las personas cambiamos día a día, y nuestros intereses e inquietudes suelen cambiar con nosotros, a veces de manera imperceptible.
Al final, lo importante es estar convencido de lo que haces, y, sobre todo, disfrutar haciéndolo. Los libros son un legado que nos sobrevivirá, y me gusta pensar en que mucha gente seguirá leyendo mis libros cuando yo ya no esté.
10. ¿Qué consejo le darías a otros autores que están abordando temas difíciles o controvertidos en sus obras?
Ante todo, y soy consciente de que me repito, que disfruten con lo que hacen. Que experimenten, que lean mucho y que escriban también mucho. Como dijo Picasso, la inspiración tiene que encontrarte trabajando. No esperes ocioso a que te llegue antes de ponerte a escribir.
También, que hay que tener muy presente que un libro no se escribe únicamente cuando estás delante de la hoja en blanco o ante el teclado de tu ordenador. Un libro se escribe las 24 horas del día: mientras estás conciliando el sueño, cuando viajas en tren, o durante el almuerzo. Plasmar esa historia que estás inventando en palabras es tan solo una pequeña fracción del proceso de escritura.
Por último, y esto se lo diría a cualquiera que se esté planteando escribir un libro, es que la finalidad no debería ser en ningún caso vender muchos ejemplares, o ganar mucho dinero. Si ese es tu planteamiento, te enfrentas a un largo camino de frustraciones. Esas no pueden ser jamás las motivaciones, sino más bien las consecuencias (siempre y cuando, claro, confluyan el talento, el momento adecuado, y, por qué no, también una pizca de suerte). Céntrate en tu obra, mímala, conócela al detalle, y ámala. Si haces un buen trabajo, el éxito, y los lectores adecuados, llegarán tarde o temprano de una manera orgánica.
11. Finalmente, ¿estás trabajando en algún nuevo proyecto literario actualmente, o planeas tomarte un tiempo antes de embarcarte en otra aventura creativa?
Sí, ya he empezado a trabajar en mi tercer libro. Estará ambientado en el mismo universo imaginario que «Siete Islas» y «Tres Tristes Tigres Lloraban…», aunque es una historia completamente independiente y no es requisito haber leído cualquiera de las otras dos para entenderla y disfrutarla.
En «Tres Tristes Tigres Lloraban…» aparecen personajes secundarios que también participaban y tenían su protagonismo en «Siete Islas». En este tercer libro, que todavía no cuenta con un título definitivo, sucede algo similar: aparecen personajes que resultarán familiares para los lectores de los otros libros, y su prólogo relata una escena que será fácilmente reconocible para los lectores de «Tres Tristes Tigres Lloraban…», aunque narrada desde una perspectiva muy diferente. Y hasta aquí puedo explicar sin hacer espóiler.
Creo que será un libro muy emocional y que incitará a la reflexión. Y, como en los dos primeros, también aparecen elementos sobrenaturales, personajes misteriosos, escenas inquietantes, y no pocas sorpresas.
Espero poder tener el manuscrito acabado a lo largo de este año 2025, y que pueda ser publicado durante 2026.
Muchas gracias por tu tiempo y por compartir tu proceso creativo con nosotros. Estamos ansiosos por conocer tus futuros proyectos y seguir disfrutando de tus apasionantes historias.
Gracias a Librófilos por confiar en mí y en mi obra. Siempre es un placer colaborar con vosotros. Y, para los lectores que quieran conversar conmigo acerca de mi obra, de «Siete Islas», o de «Tres Tristes Tigres Lloraban…», estaré encantado de recibir vuestras preguntas y comentarios. Me encontraréis fácilmente en redes sociales a través de mi avatar @tinolives.
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