El escritor español Jonás Ramirez nos sorprende gratamente con su primer libro publicado en 2022, titulado Siete Islas. Un libro en el que el misterio y la fantasía se mezclan de manera muy natural y orgánica con las historias particulares de personajes muy bien trabajados para lograr construir una trama inteligente y atrapante.
Jonás tuvo la gentileza de recibir a Librófilos para conversar sobre su vocación literaria y su primer libro:
Nos gustaría empezar preguntándote: ¿Por qué escribir un libro?
Los libros son puertas hacia otros mundos. Como autores nos permiten transmitir conceptos, ideas, historias, aventuras y sueños. Como lectores nos permiten evadirnos de la cotidianidad diaria y viajar a todos esos mundos. Enriquecen nuestro imaginario, individual y colectivo, y durante el tiempo que estamos inmersos en sus páginas nos permiten ser parte de algo mucho mayor que nosotros mismos.
Durante toda mi vida he formado parte de ese mundo desde la óptica lectora, pero desde niño he tenido el reto y la ilusión de formar parte también desde la óptica creativa. En la actualidad, me alegra poder participar en el mundo de la literatura desde ambos bandos, lector y escritor.
¿Podrías explicarnos cuándo y cómo se despertó en ti la vocación literaria?
Fue a muy temprana edad. Me fascinaban esos objetos rectangulares repletos de hojas con letras y dibujos. Antes de aprender a leer en la escuela, ya pasaba horas hojeando una enciclopedia de animales que teníamos en casa, absorbiendo toda aquella información que todavía no era capaz de descifrar.
Algún tiempo después, cayó en mis manos un ejemplar prestado de “La Historia Interminable” de Michael Ende. Me fascinó ya no solo su riquísimo contenido, su fondo, sino también su continente, su forma: las ilustraciones que encabezaban cada capítulo y su manera de romper la cuarta pared con el texto en dos colores diferentes me parecieron auténticas maravillas. Luego siguieron Tolkien, Verne, Quiroga… resultaba difícil verme sin un libro entre las manos.
Para ti, ¿qué es más importante en una novela: los personajes, la trama, o la técnica para narrarla?
Todos tienen su importancia. Es la combinación de todos esos aspectos lo que conforman un buen libro. Creo que personajes, trama, y técnica narrativa siempre van entrelazados hasta cierto punto: no es posible desarrollar un personaje atractivo si la trama o la técnica narrativa no acompañan, y viceversa.
Aunque, si tuviera que escoger solo uno, me inclino por la trama. Es el hilo conductor por el que navegan los personajes y nuestra mente a lo largo del libro. La imaginación probablemente pueda suplir una narración deficiente e incluso también a personajes con poca profundidad. Pero si la trama no resulta atrayente, difícilmente el lector se sentirá motivado para avanzar independientemente de lo bien escrito que esté el libro.
¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer o crear?
Un personaje que me marcó de adolescente fue Tarod, de la serie “El Señor del Tiempo” de Louise Cooper. Creo que fue la primera vez que leía un libro en que el protagonista era un antihéroe. Me pareció fascinante que un personaje antagonista con el mundo en el que vivía pudiera protagonizar una historia tan rica en contenido, en contra de todo lo que había leído hasta aquel momento. Tarod era la encarnación de uno de los Dioses del Caos, pero, aun así, empatizabas con él. En cambio, recuerdo que la historia te hacía aborrecer al personaje que encarnaba al Dios del Orden. ¡Era el mundo al revés!
Ahora, vamos a conversar sobre tu libro, Siete Islas. ¿Es tu primer libro?
Efectivamente, es el primero. Aunque espero que no sea el último. Tengo varias historias dentro de mi cabeza a las que me gustaría dar salida.
¿Cuál fue la génesis de tu novela Siete Islas? ¿Cómo se fraguó?
«Siete Islas» nace, curiosamente, a partir de su final. Hay un capítulo muy especial al final del libro en el que se resuelve casi toda la trama, y que es del que surge toda la historia.
Atención porque ahora voy a hacer algún spoiler, por lo que quizás si estás leyendo esta entrevista sin haber leído el libro prefieras saltar a la siguiente pregunta: yo quería experimentar acerca de ciertos conceptos y teorías acerca de la vida y la muerte, profundizar y preguntarme qué hay más allá de nuestras propias percepciones sensoriales. Además, me apasiona cualquier historia, libro o película que caiga en mis manos y que desarrolle el concepto de la relatividad y los viajes temporales. Todo eso, unido a cierta curiosidad innata por el mundo que nos rodea, hizo que, en un periodo en el que viajaba con cierta frecuencia a las Islas Canarias, decidiera que aquel fuera el entorno en el que se desarrollaría gran parte de la historia.
¿Qué es lo que te atrae o te interesa del misterio que es el foco central en tu libro?
Cierta dosis de misterio siempre resulta atrayente: el lector de «Siete Islas» inevitablemente intentará adivinar qué va a pasar. Se preguntará qué son esas misteriosas piedras que se encuentra Mario, por qué ha desarrollado ese sexto sentido que le guía hasta ellas, y si tiene alguna relación con su accidente y pérdida de memoria.
Sin embargo, no creo que el misterio sea el foco central del libro. El hilo conductor, sí. Pero no el foco. Yo le doy más protagonismo a todos los elementos que he enumerado en la respuesta anterior.
Una vez terminé de escribir el libro, y aquí viene otro spoiler, también me di cuenta de que, inadvertidamente, la gran fuerza motriz de la historia es el amor. El amor que Miguel siente por Federico es lo que le empuja y le motiva a lo largo de todo su viaje. Y digo inadvertidamente porque no había sido ese mi propósito cuando empecé a desarrollar la trama. Curiosamente, tuve decidida la frase de diálogo con la que termina la novela desde casi el principio.
¿Crees que es obligatorio que el escritor conozca a profundidad el escenario a partir del cual crea su obra o al tratarse de ficción es un aspecto secundario? ¿Qué tanto conoces y cuál es tu relación con las islas canarias?
En absoluto. Conocer el escenario es un valor añadido, pero en el momento en que se convierte en una obligación creo que la historia pierde fuelle. Para que una novela fluya el entorno debe estar bien desarrollado, pero debe tener siempre un papel de acompañante.
En el caso de «Siete Islas», me gusta comprobar que los lectores que han visitado alguna de las islas siempre me comentan que están muy bien representadas y que leer ciertos pasajes les evoca el tiempo que pasaron allí. Así mismo, los capítulos centrados en las islas que no han visitado les ha generado ganas de visitarlas en persona. ¡Cuando recibo este tipo de comentarios, en cierto modo, me siento como un embajador cultural del archipiélago canario! Aunque en realidad mi relación con las islas no va más allá de haberlas visitado con cierta frecuencia durante mis vacaciones. Es un lugar con una gran riqueza cultural y paisajística, y lo recomiendo siempre que puedo.
En una escena de la novela, en una librería, un señor de mediana edad le pregunta al protagonista, quién en ese momento revisaba un atlas: “¿Le gusta la geografía?...”
Cuando leí ese párrafo entendí que tenía que hacerte esa misma pregunta, ¿Te gusta la geografía o está relacionada con alguna actividad que realizas? Pues siendo una novela de misterio, tu libro contiene muchos y muy precisos datos geográficos.
Soy una persona curiosa, y como tal, me interesa la geografía. Por ejemplo, saber acerca de distancias entre ciudades, altitud de las montañas, profundidad de los mares, número de habitantes que tiene un país, etc. Cuando empecé a desarrollar «Siete Islas» trabajaba en el departamento de Atención al Cliente de una empresa que ofrecía servicios por todo el mundo, a veces en lugares que ni siquiera sabía que existían: una pequeña isla en mitad del océano, un diminuto aeropuerto en un lejano país, etc. Eso también desarrollaba mi curiosidad, y me preguntaba por ejemplo qué habría en las antípodas exactas de mi casa o cuánto se tardaría en ir en coche de un lugar a otro. ¡Y mejor no sigo hablando o se me escapará otro spoiler!
¿Cuáles son tus escritores predilectos y cuáles fueron tus mayores influencias para escribir Siete Islas?
Desde muy joven leí mucha literatura fantástica: J.R.R. Tolkien, Robert Jordan, David Eddings, Weis-Hickman, Tad Williams, Louise Cooper, Guy Gavriel Kay, Stephen King, etc. Un autor español que me influyó mucho a la hora de escribir «Siete Islas» fue Iván Ledesma con su obra «184». En los últimos años he leído casi al completo las obras de Jason Ayres y de Shawn Inmon, y en mi juventud también fui un gran aficionado al cómic, tanto europeo, como americano y el manga japonés.
De un tiempo a esta parte intento leer también obras de autores desconocidos, autopublicados o de pequeñas editoriales. El consumismo y el marketing nos invaden y bombardean desde todos los ángulos posibles, y a veces parece que solo existan los autores comerciales. Sin pretender quitarles ni un ápice de mérito a estos últimos, con frecuencia me pregunto cuántas joyas literarias de autores poco conocidos nos estamos perdiendo porque nadie les da una oportunidad, ya que hoy en día solo se apuesta por grandes autores comerciales. No me gusta que nadie me diga qué es lo que me debe gustar: lo que me gusta a mí puede que no te guste a tí, y viceversa.
Para los lectores, ¿podrías recomendar algunas de tus lecturas o libros predilectos?
Un libro que siempre recomiendo es «Planilandia» (Flatland) de Edwin Abbott. Es una novela corta que puedes leer en una sola tarde y que, a pesar de tener más de 100 años, sorprende por la genialidad del pensamiento del autor. Se trata de una gran sátira social de la época a la vez que una lección magistral de geometría. El lector que ya conozca el libro verá enseguida cierta influencia suya en el desenlace de «Siete Islas».
Y para los nuevos escritores, ¿Te atreverías a dar alguna sugerencia o consejo a quienes se disponen a escribir su primera novela?
Que lean mucho, que practiquen mucho, y que sean persistentes. Si tienen una buena idea que escriban sobre ella, y no tengan miedo a equivocarse. Nadie nace sabiendo, y a fin de cuentas solo podemos aprender a base de ensayo y error.
Y una vez terminado el libro, que se armen de paciencia, ya que encontrar la editorial adecuada, y sobre todo encontrar el público adecuado en el inmenso océano de oferta literaria que existe, no será tarea fácil.
En mi caso también me ayudó mucho tener lectores beta que me animaban a continuar escribiendo y me ofrecían su opinión y consejos a medida que se desarrollaba la historia. La obra literaria es como una semilla que, si se riega con amor y dedicación, tarde o temprano florecerá.
¿Estás trabajando en algún libro nuevo?
Sí, ya tengo casi toda la estructura completa, y también he escrito los primeros capítulos. La historia empieza con una llamada telefónica muy especial, y enseguida nos transporta al Levante español de los años 90.
Tendrá un ritmo más trepidante casi desde sus primeras páginas, y creo que será una historia mucho más emocional, más visceral, que «Siete Islas», con ciertos rasgos de novela negra. Aunque, os aseguro que también me guardo alguna que otra gran sorpresa para el desenlace de la novela.
España, abril 2023
Enlaces sobre el libro Siete Islas:
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