Autora: Mary Shelley (Londres, Inglaterra 1797 – 1851)
Título original: Frankenstein; or, The Modern Prometheus
Idioma original: inglés
Año de publicación: 1818
Autor de la reseña: Ana María Romero
Recrear los mitos de la antigüedad para sustentar una obra de ficción contemporánea es un recurso de los escritores para poner en el tapete los grandes temas de la humanidad que mantienen su vigencia al paso del tiempo. La novela FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO es un buen ejemplo de ello. El libro fue escrito por una novel escritora inglesa, Mary Shelley y fue publicado en 1818.
Esta novela relata la historia de un arrogante científico, Víctor Frankenstein, quien está convencido de su poder creador de vida como el dios mitológico Prometeo -titán poderoso como el dios Zeus-, que infunde vida y entendimiento a los hombres regalándoles el fuego. El doctor está dominado por la vanidad científica y el afán de prestigio entre sus pares y familia y se plantea crear un ser humano en el laboratorio con cadáveres, en vez del tradicional método de un hombre y una mujer en la intimidad de una alcoba. El experimento resulta imperfecto frente al mitológico pues, el ser creado, le parece al Dr. Frankenstein físicamente monstruoso y sin ningún signo de inteligencia.
Ante el fracaso experimental y con excesivas dosis de arrepentimiento el Dr. Frankenstein, que ha jugado a ser Dios, decide renegar de su obra humana y lo expulsa de su laboratorio. ¡Craso error! El monstruo, sí ha sido diseñado para que posea inteligencia y ante el rechazo de su padre putativo decide huir y aprender a hablar, leer y ¡a pensar! Y a buscar el reconocimiento que como ser humano merece.
De allí en adelante, la obra nos arrastra página a página a la persecución del monstruo contra su creador y de la insana exigencia de darle una compañera como él para no sufrir más el rechazo de los humanos. El monstruo va asesinando a todos los seres amados por el Dr. Víctor Frankenstein como chantaje para el cumplimiento de sus deseos. Al no complacerle en su petición de crearle una compañera, el engendro asesina a la esposa del Dr. Frankenstein y es allí donde la obra da un giro emocionante porque se revierte el acoso. Ahora es el doctor el que busca al monstruo para vengarse y eliminarlo. La persecución llega a las cercanías del polo Norte. Allí, un moribundo Frankenstein es salvado por un barco explorador, pero muere de mengua y el monstruo que lo ha seguido como sombra maligna, sufre como cualquier hombre la pérdida de un ser querido y su posible redención de bestia en ser humano bondadoso.
A pesar de las etiquetas editorialistas, no es un libro de ciencia ficción; es un libro sobre la arrogancia de la Ciencia y la búsqueda del amor y la aceptación del diferente en la sociedad. De allí que su lectura en este siglo sea tan vigente como lo fue en su momento de publicación.
Para el lector actual más desprevenido, este libro plantea no solo la osadía de un hombre al creerse dios; sino la humana y sublime necesidad de ser amados tal cual somos por los seres que nos han traído a este mundo. La ciencia sigue jugando a ser Dios con sus experimentos genéticos entre animales. La esperanza es que esas criaturas que se gesten en fríos y asépticos laboratorios no se conviertan en seres castigadores antes que agradecidos con su creador porque la soledad se vuelva insoportable y derive en obsesión homicida. Y en estos tiempos tan descreídos, no se sabe si serán efectivos para estos seres los libros de autoayuda o los talleres de coaching emocional.
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